Pon los genes a tu servicio, no al revés
En el bíblico Cantar de los cantares, I, 67, la concha es llamada viña: No os fijéis en que soy morena por el hecho de que el sol me miró, los hijos de mi madre se enconaron contra mí y me hicieron guardiana de las viñas, y la que era mía no guardé.11